El verano de 2024: Un paso más hacia la energía limpia, pero con desafíos

España ha vivido un verano marcado por el intenso calor, lo que ha disparado la demanda de electricidad. A pesar de los avances en energías renovables, especialmente la solar fotovoltaica, el país ha tenido que recurrir a las centrales de ciclo combinado para cubrir los picos de consumo.

¿Qué es el hueco térmico? Es la diferencia entre la energía que demandamos y la que podemos generar con fuentes limpias como el sol, el viento o el agua. Cuando esta brecha es grande, debemos recurrir a combustibles fósiles, lo que aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero.

Un avance constante, pero con retos:

Aunque el uso de carbón ha disminuido drásticamente en los últimos años, el gas natural sigue siendo necesario para garantizar el suministro eléctrico en momentos de alta demanda. Sin embargo, los datos son prometedores. La energía solar fotovoltaica ha batido récords de producción en julio, demostrando su creciente importancia en el mix energético español.

Factores que influyen en el hueco térmico:

• Condiciones climáticas: Las olas de calor intensifican la demanda de electricidad, especialmente para la refrigeración.

• Disponibilidad de recursos hídricos: La generación hidroeléctrica depende de las precipitaciones, que pueden ser escasas en verano.

• Precio de los combustibles fósiles: Los precios del gas natural influyen en la decisión de utilizar centrales de ciclo combinado.

El futuro es renovable:

A pesar de los desafíos, el camino hacia un sistema energético más limpio y sostenible es cada vez más claro. La inversión en energías renovables, junto con medidas de eficiencia energética, son fundamentales para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y mitigar los efectos del cambio climático.

En resumen:

España está avanzando hacia un futuro energético más sostenible, pero el camino aún es largo. Las energías renovables, especialmente la solar fotovoltaica, están jugando un papel cada vez más importante, pero las centrales de ciclo combinado siguen siendo necesarias para garantizar la seguridad del suministro. La clave está en seguir impulsando la investigación y el desarrollo en tecnologías limpias, así como en adoptar políticas energéticas ambiciosas.